No es país para viejos

Ni me gustó la película ni me gustó Bardem.

Al principio, al menos se entendía de qué iba.

Bardem era un psicópata asesino del mundo de la droga con un enemigo maquillador que hizo con él una especie de caricatura de Gerard Depardieu con cara de malo y, al menos, era un personaje coherente aunque no creo que el Óscar se lo dieran por la expresividad que manifiesta a lo largo de la película.

El personaje de Tommy Lee Jones resulta completamente desconcertante, especialmente cuando se acerca el final de la película y nos transforman una historia de una persecución más o menos bien montada en un aparataje filosófico que es difícil saber de dónde viene y dónde quiere llegar. 

Lo peor, los últimos quince minutos de película.

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