El curioso mercado de los tablets y los lectores de libros electrónicos

Dicen los castizos «éramos pocos y parió la abuela». La «abuela» es, en este caso, Amazon y su anuncio de entrada inminente en el mercado de los tablets. No todos los mercados buscan lo mismo y así como en España parece que predomina el formato de 10 pulgadas, en otros países prefieren formatos menores o conviven los dos.

Marcas como Samsung lanzaron un modelo de 7 pulgadas para, después, crecer hasta las 10 y, más tarde, recuperar el formato de 7 con considerables mejoras en peso y prestaciones. Cada uno se está tratando de diferenciar en puntos específicos y mientras Sony anuncia modelos que van a permitir ejecutar juegos diseñados para su plataforma PS, Amazon reduce precios para aquéllos que se suscriban a su servicio de películas por Internet, Google entra en la guerra no sólo con su sistema Android sino comprando la división de telefonía móvil de Motorola, de donde salió el modelo Xoom, primero en plantarle cara al todopoderoso iPad…

Una guerra colateral a la guerra de los mercados es la guerra de las patentes: Denuncias cruzadas entre las marcas e incluso entre okupas que no fabrican nada pero que tratan de pescar en el río revuelto del registro de patentes: Apple trata de parar a sus competidores lanzándoles un ejército de abogados con demandas sobre supuestas o reales violaciones de patentes, Microsoft trata de limitar el tsunami Android demandando a operadores que utilizan este sistema para conseguir que se pasen a Windows Mobile que, por mucho empeño que le pongan, nace muerta.

Toda la turbulencia que se está generando podría clarificarse en un futuro dejando dos actores principales, iPad y dispositivos basados en Android donde la diversidad pueda estar en las prestaciones específicas o en el tamaño. Si se piensa bien, un dispositivo de 10 pulgadas, como el iPad o la mayoría de sus competidores, es absurdo porque limita su utilización a sitios donde se podría igualmente utilizar un ordenador pequeño; en algunos países extranjeros eso ya se lo saben y predominan los lectores de libros electrónicos y de tablets de medidas menores que permiten su utilización en sitios como el metro. Si se dispone de una mesa donde apoyar el aparato ¿por qué no tener uno que disponga de teclado?

Es claro a estas alturas que los tablets han machacado a los netbooks debido a que las escasas prestaciones de estos últimos no se veían compensadas por lo adecuado de su tamaño pero no podemos excluir, a pesar de que la inundación de dispositivos invitaría a pensar lo contrario, que los tablets puedan ser flor de un día y desaparezcan con la misma rapidez que han aparecido: Con unos smartphone creciendo y anunciando medidas de cinco pulgadas y capacidades de procesamiento que no envidian a ningún tablet y unos ultrabooks asomando en el horizonte con similares pesos y dimensiones a los de los tablets pero con sistemas operativos diseñados para aparatos completos, no portátiles ¿Cuál es el futuro de los tablets?

Michael Porter, en sus clásicos sobre estrategia, contaba que un mercado emergente no tiene un funcionamiento claramente establecido y hacer profecías sobre qué va a pasar en el futuro es algo muy parecido a consultar una bola de cristal. Ésa es exactamente la situación en que nos encontramos: Mercado turbulento donde los haya para los tablets que está haciendo que se olviden otros desarrollos que están ahí y que, en no mucho tiempo, les podrían robar la merienda.  Hace unos meses, una persona no muy versada en gadgets me preguntó qué era un iPad y sólo medio en broma contesté que «un iPhone con pantalla grande». Cada vez eso se podría parecer más a la realidad. Atención a los nuevos smartphone de altas prestaciones y gran pantalla y a los ultrabooks. Podrían ser el nuevo campo de batalla en cuestión de meses.

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