Riesgo nuclear y riesgo político

No es serio. No se puede pretender cerrar centrales nucleares por consignas políticas ni por caprichos de descerebrados pero el asunto es suficientemente serio para que no se puedan mantener abiertas por otras consignas políticas o por el capricho de otros descerebrados. Los experimentos con gaseosa y, cuando se trata de cosas serias, mejor mirarlo detenidamente y olvidarse de las consignas de partido.

Hoy hemos podido ver un espectáculo absolutamente grotesco protagonizado por la «leal oposición»: En una exhibición de ausencia del sentido del ridículo han llegado a pedirle al Gobierno, antinuclear hasta los límites más sectarios que se recuerdan, explicaciones sobre la seguridad de las centrales nucleares españolas.

La energía nuclear, tanto por su importancia como por sus potenciales efectos a corto y largo plazo, no puede ser objeto de la agenda política de nadie. El caso japonés ha dejado algo en evidencia: Hay cosas que se llevan mal con una zona de alto riesgo sísmico y la energía nuclear es una de ellas aunque no sea la única. En gran parte de España, afortunadamente, el riesgo sísmico está descartado y, por ello, una oposición, que siempre ha sido favorable a la energía nuclear, pidiéndole explicaciones a un gobierno que siempre ha sido contrario deja una duda: ¿Es oportunismo, estupidez o ambas cosas al mismo tiempo?

Somos muchos los que no hemos comprado la idea vendida desde ámbitos gubernamentales de que había que «arrimar el hombro» porque el resultado podría recordar a un conocido video de Youtube pero hay algo aún más elemental: Si no se está de acuerdo en el diagnóstico ¿cómo se puede pedir ayuda para las medidas resultantes? En consecuencia, que la oposición no haya ayudado al gobierno en ese tema no podría calificarse de oportunismo sino, simplemente, de coherencia.

Ese sencillo razonamiento no sirve cuando se lleva a la posición ahora manifestada respecto de la energía nuclear: En Japón ocurre algo como consecuencia de un terremoto de una escala mucho mayor que el que costó 200.000 muertos en Haití y parece que existe un riesgo nuclear. En consecuencia…vamos a pedirles que nos hablen de las centrales españolas y, como comentaba en el post inmediatamente anterior a éste ¿por qué no nos hablan ya de riesgos como el de grandes presas en la cercanía de grandes ciudades pero en puntos más elevados que éstas?

Que desde la oposición se pidan explicaciones sobre la seguridad de las centrales españolas, atendiendo a la trayectoria de quién pide las explicaciones y de a quién se las piden, podría calificarse sólo como oportunismo si no existiera una opción aún peor: La estupidez.

Veamos: Si dentro de mi agenda está cerrar las centrales y viene alguien, que las quiere mantener abiertas, a preguntarme si son seguras como forma de atacarme, desgastarme o lo que sea… me estará dando la excusa perfecta para cerrarlas, sean cuales sean las consecuencias. Después, mostraré el cierre como prueba de mi capacidad de diálogo y de que escucho a la oposición ¿protestarán también cuando las cierre a pesar de que ha sido a consecuencia de una iniciativa suya? Realmente, hay que tener una notable dosis de estupidez para no darse cuenta de esa posible consecuencia.

No todo vale para atacar a un gobierno por mal que lo pueda hacer y, si su querencia oportunista les impide darse cuenta de ello, al menos traten de mostrar que tienen dos dedos de frente porque hasta en eso parecen todos iguales.

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